martes, septiembre 19

MTG: Vida después del invierno nucelar - Fires of Yavimaya

Nos situamos en el año 2000. Yo afronto el último curso de Bachillerato. Mis amigos se pegan en los recreos con cartas como Skizzik, Jade Leech o Recoil, frescas de la última colección de Magic, Invasión. En el Pro Tour de Chicago de ese año, salta a la palestra el macito que vamos a comentar. Ya más tarde, creo que sería el año 2001, lo veo en marcha en la tienda friki habitual: se trata del Fires of Yavimaya.

Aquí tenéis un extenso análisis del mazo, aunque en inglés. No es la primera baraja en emerger de la debacle del Invierno del Combo, puesto que primero está el ciclo de Máscaras y sus Rebeldes. Algunas Counter-Rebel aún se arrastran hasta el año 2001 o por ahí. Pero quizá, es la primera baraja en causar pavor tras Tolarianas, High Tide, Donate, Yawgmoth's Bargain, Jar...

La base del mazo son los aceleradores verdes de toda la vida, que ahí aún andaban presentes: Elfos de Llanowar y Aves del Paraíso. Se trata de jugar bichotronchos lo más rápido posible para crear amenazas que nos den la partida rápidamente. Con un encantamiento de lo más inocente que es la base de todo: un 1RG que da Prisa a todos nuestros bichos y se sacrifica para dar un +2/+2. Habilidad anecdótica, pero bah.

Nada menos que una mini-Concordant Crossroads, que en su tiempo también debió jugarse hasta la saciedad (o al menos ése es el concepto que tengo de leer alguna revista vieja y tal). Dar Prisa a nuestros bichos es un efecto poderoso, pero sólo si lo conseguimos exprimir al máximo. Con bicharracos como el Blastodermo (un Juzam que sale con prisa gracias a los Fuegos y que se va con el tiempo, tiempo suficiente para aplastar al oponente) o el maravilloso Kavu lengua de fuego, todo un jugador de equipo.





















Con todo, era también habitual ganar con el abusivo combo de Fuegos + Estallido de Saprolines, un encantamiento que cuando lo abrí me pareció un "pa sellado", pero que gracias al efecto benéfico del otro encantamiento permitía pegar con 3 bichos 4/4 en turno 4 o así, toda una bestialidad. El chiringuito te lo deshacía cualquier Disenchant, pero la idea era que para entonces el oponente estuviese cadáver.





















Imaginaos salidas como T1 acelerador, T2 Fuegos, T3 Blastodermo con prisa, T4 otro Blastodermo con prisa (15 daños si no hay bloqueo)...

Y es que lo de los contadores de fading, una especie de "Eco 2.0" (no se exprimieron mucho el coco), era un pasaporte a todo tipo de abusos. Claro que quien a hierro mata a hierro muere: la Ola de Paralaje era una herramienta muy poderosa en manos de los mazos de control. Otro que tal baila es el Alambre enmarañado, ya haciendo de las suyas desde el Estándar de Máscaras.






















A lo mejor exagero con el potencial del mazo porque no sé si llegó a ganar algo, pero espectacular era un rato. Además, resulta gracioso el hecho de encontrar un combo de encantamientos en un mazo de beatdown (de partirte la cara, vamos), pero parece ser que los ecos de la Saga de Urza aún no se iban...

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