Esto ya es otra cosa. Este segundo acto podría llamarse "cómo salvar 40 minutos de caspa con un golpe de guión de 7 minutos". ¿Y cómo? Pues apelando al más básico y contundente drama humano, que es perder a alguien querido.
De nuevo dos partes bien diferenciadas, la primera absolutamente intrascendente y carente de interés: novios haciendo cosas de novios. Con algunas notas curiosas como "Haruka, para ser tan mosquita muerta bien que te lo montas...". Porque esa situación, acaba así, sin más. Hicieron gala de superpoderes un tanto discutibles a la hora de recibir a los padres como si nada hubiera pasado, pero bueno. You get the idea. Mención especial para la imouto doblada por la misma seiyuu que Miya Tachibana (si no voy muy errado) y que podríamos cortar por el mismo patrón.
Segunda parte donde Mitsuki, la peliazul exige sus minutos de cámara, acoplándose sin miramientos al prota y por tanto desplazando la atención de Haruka. Que es la protagonista más prescindible, y por tanto, la que hay que eliminar. Porque sí, el capítulo termina con el accidente que le cuesta la vida a Haruka, cambiando toda la dinámica de la serie y haciendo que me den ganas de seguir viendo capítulos. Y lo peor no es eso, sino que uno podría cargarle el muerto a Narumi y Mitsuki, que estaban perdiendo el tiempo tranquilamente cuando se suponía que él tenía que recoger a Haruka.
Por lo menos uno respira aliviado pensando que esto no es basura psicótica estilo School Days o un abuuuuuuuurrido triángulo donde ya se ha inventado casi todo. Podría llegar a ser tan buena como Toradora a su manera, en un registro diferente y más lacrimógeno. 6/10, y cerca de dar en la diana.
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