Bueno bueno bueno, iré directamente al grano: los frikis de todo el mundo tenemos ya un nuevo personaje al cual abuchear después del Narutard. Se trata de Chris Weitz, el responsable (entre comillas) de la nueva película de las Navidades, es decir La Brújula Dorada.
Veréis, queridos hermanos, yo apenas sabía nada de esta película y tampoco de los libros en los que se basa antes de plantarme en el cine con la intención de verla. Los primeros minutos son bastante correctos, aunque se percibe de fondo que algo no está bien en este filme. Quizás sea la pretensión de condensar tanta información y tantas cosas en un metraje muy apretado; quizás sea el guión, que tiene muy poca fuerza y a partir de media película hace aguas por todas partes. Quizás sea el olor, si es que existe... la cuestión es que esta película resulta una gran estafa, y totalmente inmerecedora de la etiqueta de bombazo que se le había puesto desde su estreno.
Podría enumerar razones como que la niña pasa sin pena ni gloria por la pantalla, haciendo cosas demasiado cantosas para su edad, podría decir que el personaje del oso está completamente desaprovechado, al igual que la mayoría. Podría citaros todos los momentos sonrojantes que contiene esta cinta, pero yo os sugiero, queridos hermanos, que os quedéis en casa escuchando al viejo Ludwig Van en lugar de gastar tiempo y dinero en esta patraña.
Mi conclusión es que si no os gusta demasiado este tipo de cine ni os acerquéis a esta película. Si sois seguidores de los libros es muy probable que también os decepcione. Si sois espectadores medios como yo, por lo menos podéis echaros unas risas con los momentos absurdos de la peli, pero que nadie me diga después de verla que esta es la peli de las Navidades. No cuela.
Veréis, queridos hermanos, yo apenas sabía nada de esta película y tampoco de los libros en los que se basa antes de plantarme en el cine con la intención de verla. Los primeros minutos son bastante correctos, aunque se percibe de fondo que algo no está bien en este filme. Quizás sea la pretensión de condensar tanta información y tantas cosas en un metraje muy apretado; quizás sea el guión, que tiene muy poca fuerza y a partir de media película hace aguas por todas partes. Quizás sea el olor, si es que existe... la cuestión es que esta película resulta una gran estafa, y totalmente inmerecedora de la etiqueta de bombazo que se le había puesto desde su estreno.
Podría enumerar razones como que la niña pasa sin pena ni gloria por la pantalla, haciendo cosas demasiado cantosas para su edad, podría decir que el personaje del oso está completamente desaprovechado, al igual que la mayoría. Podría citaros todos los momentos sonrojantes que contiene esta cinta, pero yo os sugiero, queridos hermanos, que os quedéis en casa escuchando al viejo Ludwig Van en lugar de gastar tiempo y dinero en esta patraña.
Mi conclusión es que si no os gusta demasiado este tipo de cine ni os acerquéis a esta película. Si sois seguidores de los libros es muy probable que también os decepcione. Si sois espectadores medios como yo, por lo menos podéis echaros unas risas con los momentos absurdos de la peli, pero que nadie me diga después de verla que esta es la peli de las Navidades. No cuela.
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