martes, septiembre 9

Politoxicomanía Friki - MTG hoy

Me ha dado por escribir esta entrada sobre MTG, juego que para muchos fue de sus amores durante un tiempo y que, como el tabaco, hay que terminar dejando antes de que arruine tu bolsillo y tu salud, motivo por el que muchos acaban en cosas como Flames of War, las naves de Star Wars, etc.



Resumo un poco mis honores como magiquero: conocí el juego gracias a la versión de PC de Microprose (1997), que cogía Cuarta Edición. Yo era un chavalín y acostumbrado a la vida sana no había pisado una tienda friki en mi vida. Eso cambiaría rápidamente, y crecí entre revistas Urza y cartas de Espejismo, Tempestad y más tarde Saga de Urza. Llegué a pilotar (aunque sin mucho éxito) mazos top como Oath of Druids y el mazo de cementerios con Hermit Druid. Mi mayor éxito fue una segunda plaza en el Open de Cantabria de 1998, con una White Weenie de Soltaris al Armagedón que caería en la final contra el "Turbo Fran", monoazul que muchos conoceréis como Solidarity, High Tide, etc, pero en el culmen de su poder, incluso con las Tolarianas sin banear.

1999 fue el año de diversificar cosas, y aunque me gustaron los dos sets del Ciclo de Urza que quedaban, lo mío era el poder desatado (luego os lo explicaré). Máscaras de Mercadia, el inevitable pisotón al freno del poder, me desencantó bastante y lo último que hice fue acudir a la presentación de Profecía (tamaña mierda de colección). En 2 años y medio el Magic había pasado completamente de moda ante el vertiginoso cambio de intereses.

Ahora es 2014. Desde hace unos años vengo observando el mundillo de Magic por si mereciera la pena volver. Yo sé que no es así pero de vez en cuando salen rayos de esperanza. Uno de los comentaristas que he conocido por ahí es Charluski, un señor al que le doy toda la razón. Durante años hemos vivido una carestía de poder en las colecciones de Magic, cada set traía una o dos cartas poderosas y caras y el resto se valoraban según su utilidad para Estándar. Esto empezó más o menos con Mirrodin, un bloque por un lado roto (Affinity) y por otro con auténticos ñordos injugables y cartas de costes inasumibles. Uno de los problemas tradicionales de los bloques ya desde Espejismo es tener que aunar en el set tanto las cartas destinadas a Sellado/Draft como las cartas destinadas a Construido (y por lo tanto, a valer dinero). Para esto están los niveles de rareza, lo que nos lleva a una de las grandes desgracias del Magic moderno: las comunes e infres suelen ser una caspa en Construido. Los mazos se vuelven una amalgama de raras y míticas y los costes se disparan.



Echando la vista atrás, a la prehistórica Ice Age y al bloque de Urza, las cosas no eran así. Pongamos Alianzas, una gran colección de entre los sets viejos: en aquella época te encontrabas cada 2 por 3 a alguien que llevaba una infrecuente o una rara de ese set que no conocías y que resultaba ser útil. ¿Esto ocurre ahora? Yo diría que no, ya no se escapan cartas tapadas, ahora todo es tasado y descartado o pasa a formar parte de los mazos top. Me parece evidente que antes los sets tenían mayor nivel de PODER y lo que nos interesa aquí es darle poder a la gente, poder al pueblo, poder a los magiqueros. No queremos que Magic se convierta en un pijerío como lo ha sido por épocas y creo que a Wizards tampoco le interesa convertir un juego de cartas en un artículo de lujo. Esto significa que: si aumentamos el nivel medio de poder, habrá más cartas poderosas por set, habrá más cartas poderosas en general, la cantidad de mazos viables crecerá, y la demanda se diversificará, no hará falta pegarnos todos por el Tarmo o el Confidente o el Jerarca. Aparte de la necesaria reedición del Jerarca, en Tarkir tenemos un bicho verde que da verde, azul y rojo. Emulando a aquellos mitiquísimos y bastante jugados Elfos Quirion, de los que nunca más se supo.



El bloque de Urza, si bien con sus locuras, locuras que merecen ban, estuvo plagado de todo tipo de estrategias diversas desde el beatdown hasta el combo, los cementerios y la ventaja de cartas. Es a eso a lo que deberíamos apuntar, creo yo. Que mires un spoiler y todas o casi todas te parezcan buenas. Cierto que esto escala muy rápidamente a lo roto, aunque si todo está roto, eso da igual. Una política de este tipo nos acercaría a lo que viene siendo Legacy: mazos todopoderosos que conforman un entorno no solo rápido sino demencial en el cual puedes contrarrestar hechizos con todo el maná girado y cosas así. ¿La gente se quejaría? No sé. Puede que sí. Puede que a los que estén acostumbrados a Estándares lentos les parezca demasiado over pero estamos hablando sobre todo de romper la burbuja del dinero y de hacer el juego más accesible.



La política actual es justo lo contrario, el control mediante la carestía, que es justo lo que no debería ser una economía en mi opinión. En lugar de apostar por la diversidad (aun con el riesgo de tener que banear cartas) se opta por ser excesivamente precavidos y sacarlo todo capado o a medio capar. Tanto es así que las pocas cartas que no están capadas por algún lado o que resultan destacar en "skill" pasan a ser inmediatamente endiosadas y jugadas en todos lados. Cierto que según palabras de los amos del cotarro, unas cartas se diseñan para Estándar, otras para Modern y unas pocas para Legacy, pero no puedes evitar que el Snapcaster (que se pasea tranquilamente por Modern) deforme el formato durante su estancia en Estándar. El sistema debería ser mejor. Las estrategias con palabras clave ya vienen capadas, supongo que por miedo a otra Affinity. Algunas incluso quedan incompletas o con pocas cartas como para ser viables. De lo poco que se puede salvar últimamente sería el Landfall, del que se salvan dos o tres hechizos para otros tantos mazos, y tampoco es que lo peten.



Aquí estamos hablando de formas de salvar el Magic, al cual el despiadado mercado amenaza con consumir. No hace gracia que el precio mínimo de un mazo de Modern suba de los 300 euros, a pesar de que esto se paliará bastante con la reedición de las fetch. ¡Bendita reedición! Al igual que comentaba Charluski, los dos pilares que salvarán el Magic y harán ganar dinero a Wizards, son crear más cartas jugables (ergo poderosas) y reeditar las cartas clave de los formatos para evitar que mueran. Esto dará lugar, por fin, a sets interesantes que merezca la pena comprar, con una cantidad, si no mínima, menor que la que hay hasta ahora de petasobres, de eso de que compras 7 sobres y en uno te sale una carta que amortiza la compra y los otros 6 los tiras a la basura (mejor al reciclaje), eso si te amortiza la compra, que hay veces que no. En cuanto a la política de reedición, hasta ahora ha sido tibia, como pudimos ver en Conspiracy, donde se colaron la Exploración y la Acción Perniciosa, dos cartas muy jugables si bien muy antiguas. En Wizards nunca han querido reeditar las joyas de la corona alegremente, caso de Chronicles. Lo que necesitamos ahora es otro Chronicles 2015 en el que se reediten cartas necesarias para jugar Modern y Legacy. Recuerden, señores, que la bajada de precio de las cartas originales es nimia, y que la jugarreta de hacerlas míticas también encarece las nuevas. Los sets casuales que salen cada año son el lugar perfecto para estas reediciones clave ya que Wizards ha hablado de retirar el set básico y hacer dos bloques de dos colecciones cada año.



En principio, salvar el Magic está complicado, porque ya se ha visto que es difícil combatir los precios inflados (excepto el caso muy notorio de las fetch de Embestida). Sí es cierto que una fetch nueva te sigue costando 15 pavos, pero al menos no seguimos aumentando el precio sin límite. Se les paró los pies con las duales de Ravnica, aunque en el caso de las duales originales (ABU), está más que complicado. Nunca han sido reeditadas y parece que su destino, compartido con el Pack y con otras más, es inflarse sin límite. En fin, esperemos que Wizards diseñe una política de reediciones que consiga mantener el juego sin cargárselo. Otra opción es dejar caer Legacy en el olvido como ha caído Vintage.